jueves, 29 de octubre de 2020

”EMPRENDEDORES PERUANOS”

 ”EMPRENDEDORES PERUANOS”:

Peruanos que se hicieron solos y cuyas vidas pueden servir de inspiración a quienes ahora pretenden levantar sus propios negocios. 
La lista es corta y usted puede añadir sus propuestas. Por qué no, su propio nombre.
ALBERTO BENAVIDES DE LA QUINTANA:
Pese a que contó innumerables veces cada detalle acerca de cómo acumuló su fortuna –valuada por Forbes en US$2 mil millones-  solía decir que la minería, el motor que lo hizo rico, era una cuestión de suerte.
Por eso bautizó a su empresa como Buenaventura, una palabra muy usada por las gitanas que leían las manos en la plaza San Martín.
Pero si algún peruano quisiera disgregar la biografía de este geólogo, encontrará que la suerte se hace, o mejor dicho, la hace uno mismo: Benavides, hijo de un abogado de clase media, estudió ingeniería de minas en lay luego una maestría en la Universidad de Harvard (EEUU), gracias a una beca que obtuvo con sus propios méritos.
Con semejante currículum, su primer trabajo fue de lampero en la mina Franklin de Nueva Jersey (EEUU). Comenzó desde el socavón y cuando ya parecía asentado con un buen puesto en la mina de Cerro de Pasco, se jugó todo lo que tenía a los 31 años para comprar la mina Julcani de Huancavelica, una que el resto de sus colegas creía pobre. Con ella despegó.  

ISAAC LINDLEY


Era el más chico entre los cinco hombres de una familia de ocho hermanos y no estaba destinado a convertirse en la cabeza de .

Isaac Lindley, a quien con el tiempo todos en su empresa llamaron míster, llegó a liderar a  tras una serie de eventos desafortunados.

Lo hizo porque fallecieron sus cuatro hermanos mayores y su primera misión fue salvar al pequeño emprendimiento familiar de la quiebra. Entonces, entre los años 40 y 50, Inca Kola era una gaseosa hecha en base a hierbaluisa que los Lindley habían creado tras varios intentos fallidos para dar con “la bebida de sabor nacional”.

ERASMO WONG    


Es muy probable que en 1942, cuando  abrió su pequeña bodega en Miraflores, nadie se imaginaba que con ella nacería la 

Es muy probable que ni siquiera él lo imaginara. ¿Cuál es la fórmula para pasar de una bodega a una compañía que vale más de US$500 millones? Las crónicas que repasan la historia de Erasmo destacan una costumbre que comercialmente resultó ser exitosa: innovar, ir contra la corriente, contra lo que la mayoría creyó que era la estrategia correcta para crecer.

Así, cuando todos se concentraron en los reducir los costos, Wong se concentró en el cliente y personalizó la atención cuando la tendencia apuntaba al autoservicio.

MÁXIMO SAN ROMÁN


En un país en el que tener origen andino y ser pobre se convierte en una combinación fatal que complota contra salir adelante,  –cusqueño de Quispicanchis- optó por el único camino que le quedaba libre para surgir: estudiar. Primero, ingeniería mecánica en la UNI.

Y después una serie de pasantías y especializaciones en Norteamérica, Europa y Asia. Uno tras otro, todos fueron pasos cuesta arriba. Cuando era un estudiante de ingeniería tuvo que doblar fierros en la puerta de un taller de mecánica en Piñonate, barrio bravo frente a su universidad.

país no esperar que el gobierno lo haga”.  

JULIO IKEDA


El patriarca de los  no nació en el Perú, pero sí demostró durante toda su vida que quería a este país mucho más que el promedio.

Julio Ikeda (padre) llegó desde Japón a los 15 años, en 1927, y como la mayoría de los nipones que arribaron al Callao en aquella época, su primer trabajo fue de agricultor en el ‘Norte chico’.

Comenzaba a tener relativo éxito como pequeño empresario cuando en 1944, producto de la II Guerra Mundial, el gobierno peruano lo deportó a Estados Unidos, junto a buena parte de la colonia japonesa en nuestro país.

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